En septiembre de 2001, varios componentes de nuestra Banda viajamos a Nueva York con la compañía de Salvador Távora, para representar en el teatro New York City Center de Manhattan, la Ópera Carmen.
Todos sabéis lo que sucedió pero ¿Cómo lo vivimos nosotros?
En este hilo, contaremos sobre todo, cómo lo vivieron David García, José Alberto Ramayo y Manuel Jiménez. Nuestros compañeros que más se acercaron a la Zona Cero…
Llegamos el domingo 9 de septiembre sobre las 16h., al aeropuerto internacional JFK de Nueva York. Era un viaje muy esperado por todos, pasaríamos dos semanas en una increíble ciudad y además haciendo lo que más nos gustaba…
Nos alojamos en el Flatotel Hotel, un hotel de negocios de estilo apartamentos, con 289 habitaciones, en la calle 52 de Manhattan. Las vistas desde las habitaciones de la 6ª y la 7ª avenida eran increíbles, pero no veías otra cosa que edificios más altos alrededor.
El teatro New York City Center, está inscrito en el “National Register of Historic Places” de EEUU. El hecho de estar en Broadway, su arquitectura y su historia, hacen que desprenda una magia especial, tanto en el exterior como en el interior…
El lunes 10 de septiembre teníamos ensayo general con pase de prensa, por lo que las visitas a los lugares más emblemáticos de la ciudad; Wall Street, Torres Gemelas, Central Park… Las dejamos para el martes.
El 11S queríamos visitar pronto las Torres Gemelas, pero a alguno le dio por remolonear en la cama. Al salir nos encontramos a nuestro compañero Fernando Merino que nos avisó de que se había estrellado una “avioneta”. Aún así, pusimos rumbo al World Trade Center…
Al llegar a la Quinta Avenida pudimos ver las torres en llamas y la inmensas columnas de humo que salían de ellas. La sorpresa y el horror que vivimos es indescriptible, el centro de Nueva York estaba completamente paralizado, nadie daba crédito a lo que sucedía…
De repente y sin que nadie pudiera imaginarlo, la Torre Sur se viene abajo como si de un castillo de naipes se tratara, no pudimos captarlo con la cámara por pocos segundos, pero el estruendo fue enorme. El pánico se adueñó definitivamente de las calles…
Una mezcla dantesca de gritos, carreras, sirenas, ataques de pánico, desmayos. Un cocktail de terror del que no éramos conscientes. Tanto es así que corrimos hacia las torres para seguir siendo testigos, sin saberlo, del mayor ataque terrorista de la historia.
Todo sucedía muy deprisa y a medida que avanzabas las escenas de pánico aumentaban. Empezábamos a plantearnos si seguir o volvernos al hotel. Pensábamos en nuestras familias y en si se habrían enterado. No imaginábamos que estarían siguiendo la noticia en directo.
De nuevo, y esta vez sí lo esperábamos, la Torre Norte se desploma. En siete segundos se había derrumbado completamente. El estruendo fue terrible y quedamos desolados al ver cómo sólo quedaba el vacío de lo que había sido el emblema económico y financiero de EEUU.
Volviendo al hotel, veíamos a gente desesperada tratando de llamar a familiares o amigos, pero las líneas estaban colapsadas. Hasta horas después no pudimos hablar con nuestras familias. En el hotel hubo algo de confusión hasta comprobar que todos estábamos a salvo.
Durante aquellos días, la televisión emitía durante las 24h. todo lo que sucedía en la Zona Cero. Informaban del recuento de fallecidos, las personas que milagrosamente habían rescatado con vida y datos sobre los terroristas y cómo habían planeado el ataque.
Estrenábamos el día 12 y el Alcalde de la Ciudad Rudolph Giuliani, animó a representar los espectáculos. Salvador decidió hacerlo sin cobrar entrada, para que entrará todo el que quisiera. Asistió la crítica y el cónsul español en New York Emilio Casanello.
Se dio la curiosa circunstancia de que nuestro espectáculo fue el único que se pudo representar en Nueva York el 12 de septiembre, un día después de los ataques terroristas. El teatro, con 2500 plazas, se llenó. Hasta la grada alta estaba completa.
El resto de días transcurrieron con cierta calma, aunque era palpable la tensión en las calles. Pudimos visitar algunos monumentos y disfrutar de la gran manzana, incluso acercarnos a la Zona Cero y comprobar cómo había quedado…
A medida que nos acercábamos, en cualquier lugar había colgadas fotos de desaparecidos, números de teléfono por si alguien pudiera dar alguna información y altares improvisados con flores, cartas y velas, en recuerdo de las víctimas que perdieron la vida aquel día.
Han sido muchos los países en los que se ha representado la Ópera Carmen, miles las anécdotas, las vivencias, historias curiosas, se han forjado amistades, hermanamientos… Pero nada se acerca a lo que nos tocó vivir allí.
El lleno fue absoluto durante todas las funciones que representamos. La acogida por parte del público fue asombrosa y cómo no, nosotros respondimos de la mejor manera que sabíamos, que era dándolo todo en cada una de las funciones.
Hoy seguimos pidiendo a nuestro Stmo. Cristo de las Tres Caídas y a nuestra Virgen de la Esperanza, por todas las víctimas que a día de hoy siguen sufriendo aquel 11S, pero sobre todo, damos gracias porque aquel día nos cubrió con su manto a muchos de nosotros…
Os dejamos el vídeo que realizaron nuestros compañeros Manuel, Alberto y David…
Trabajo realizado por nuestro compañero Javier Vielba.